Branding es una terminología muy usada en estos tiempos y hace referencia al acto de construir una marca, partiendo de una estrategia sólida y una identidad visual moderna y dinámica. Para construir marca son necesarios muchos factores y todos ellos apuntarán a generar una conexión inquebrantable con una determinada audiencia o público objetivo.

 

Ahora bien, para lograr la construcción de una marca es importante dotarla de una personalidad sólida, lo cual decantará en un sistema visual coherente con su esencia y luego en un territorio comunicacional capaz de hacerla relevante en el mercado. Hasta ahí, todo bien, pero existe un primer paso trascendental que nos permitirá encontrar insumos y oportunidades que nos servirán como oro en la construcción de la marca. Estamos hablando de la inmersión.

 

La Inmersión: primero lo primero

 [Figura]. Recuperado de https://unsplash.com/photos/Ax8IA8GAjVg

Si recurrimos al significado real de inmersión, no es más que la acción de introducirse plenamente en un ambiente determinado, es decir, empaparse de un tema o asunto del que no, necesariamente, somos expertos. Tampoco significa que después de una inmersión seremos los “maestros de la materia”, pero sí la entenderemos y, sobre todo, lograremos descubrir cosas positivas, falencias y oportunidades para, inmediatamente, tomar alguna acción. ¿Y esto para qué le sirve a una mara?, bueno, es sustancial si queremos iniciar con el pie derecho o, mejor dicho, si necesitamos emprender bien el trabajo de branding.

 

Imagínate que eres un entrenador de fútbol y en tan solo un par de semanas tendrás que dirigir a tu equipo en su primera Champions League, un torneo en el que ninguno de tus jugadores tiene experiencia, pero toca dar lo mejor y, porqué no, pensar en ganar. Obviamente, no irás con las manos vacías, sino que plantearás la estrategia más adecuada para sacar a flote la fortaleza de tu equipo. Pero antes de eso, estudiarás bien a tus contrincantes, analizarás su forma de jugar, qué tácticas utilizan, cómo se mueven dentro del campo, cuáles son sus fortalezas, sus debilidades y las oportunidades que tienes al momento de enfrentarlos, cómo defender o cómo atacar. Los has estudiado tan bien que sabrás cómo jugarles y aunque no llegues a la final, habrás hecho tan bien tu trabajo que tu equipo será recordado siempre como el que llegó para competir y no para pasar desapercibido. Habrás fortalecido el orgullo de tus hinchas o conseguido muchos más.

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Bueno, de eso se trata la inmersión en la construcción de marca. De analizar detalladamente el mercado en el que te vas a enfrentar para saber cómo jugar y cómo enfrentar a tu competencia para, finalmente, ser recordado por siempre.

 

¿Cómo generar la inmersión?

 

1. Determina tus objetivos

 

Este es el punto de partida. Sé realista y define qué es lo que vas a lograr con la inmersión. Trazarse objetivos desde el inicio del proyecto es esencial para el éxito del mismo. A partir de esto, sabrás qué tareas deberás ejecutar para llegar a lo que te proyectas.

 

2. Explora el Mercado

 

 Si bien es cierto el internet resuelve casi todo, no vas a conseguir vivir la experiencia si te quedas sentado mirando una computadora. La percepción que nos llevamos de las marcas llega gracias a las experiencias que ellas nos hacen vivir, por ello es importante recorrer la calle y sentir lo que cada marca tiene para ofrecernos. En esta etapa sé muy observador, fíjate bien qué soportes de comunicación usan las marcas en el punto de venta, cómo nos invitan a consumirlas, qué información prevalece versus otra, observemos el comportamiento de los que compran esa marca o, simplemente, se acercan para revisarla; conversa con los que impulsan el producto e invítalos a decirte qué es lo bueno que tiene para ofrecer. Mira y analiza todo lo que ves.

 

3. Conoce a los gestores de la marca y al consumidor

 

 Aquí inician las entrevistas de profundidad con trabajadores clave dentro de la organización y con los que compran o consumen el producto. Pregúntales qué significa la marca para ellos, qué fortalezas y debilidades tiene, cuáles creen que son las principales amenazas o desafíos que afronta, qué sienten que se debería reforzar, porqué consumen ese producto o porqué otro, etc. Cada uno de ellos tiene un punto de vista único, entonces, escucharlos y conocerlos a fondo será muy valioso; ya que te permitirá sacar conclusiones notables y encontrar oportunidades de mejora.

 

4. Audita la marca y su competencia

 

 Llega el momento de analizar cómo funciona la marca y su competencia. Gráficamente, analiza formas, colores, tipografías y sistema visual. Comunicacionalmente, examina cómo escribe la marca, cómo interactúa con su público, si su forma de hablar es mucho más fresca o formal, qué mensajes emite o qué acciones realiza para hacer crecer o conectar con su comunidad.

 

5. Diagnostica en base a la información recolectada

 

 Finalmente, es hora de llegar a las conclusiones. En este último paso, generas una valoración de lo que has encontrado. Aquí detallas en qué situación se encuentra el mercado, la marca y la competencia; y al mismo tiempo, señalas posibles opciones para diferenciarte y ser relevante. Recuerda que el diagnóstico es el resultado de toda la inmersión y es sustancial para iniciar el camino de construcción de marca.

 [Figura]. Recuperado de https://unsplash.com/photos/Oalh2MojUuk

Después de sumergirte en el contexto de la marca ya estarás preparado para encontrar los caminos idóneos y volverla relevante en un mercado competitivo. Ahora, toca dotarla de una personalidad sólida y hallar el propósito que guiará todas las acciones para empezar a diferenciarla y conectarla emocionalmente con su público.

 

Por: 

Carlos Cuadra

Director Creativo

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